Entre el 2 y el 16 de abril, estudiantes de Latinoamérica junto a arquitectos y arquitectos trabajaron en el análisis, diseño y construcción de equipamiento público para la ciudad de Suchitoto en El Salvador, en el contexto del XIX Taller Social Latinoamericano (TSL).
Desde la primera edición realizada en Barranquilla en 2002, el TSL reúne cada año a entidades públicas y privadas, estudiantes universitarios, arquitectos, docentes y miembros de la sociedad civil de Latinoamérica a desarrollar ejercicios arquitectónicos prácticos con un marcado enfoque comunitario y local. En esta ocasión, el XIX TSL estuvo dirigido por la Coordinadora Latinoamericana de Estudiantes de Arquitectura (CLEA) y la organización local Asociación Nacional de Estudiantes de Arquitectura de El Salvador (ANEA).
Este fue el trabajo de los talleres liderados por arquitectas y arquitectos de El Sindicato, Taller Bugambilias, Taller de Tierra, Colectivo Hormiga, ACCIÓN, Laborateca, Sen Sos Hábitat, Alejandro Alcázar y Coonvite:
Taller Chiltota / El Sindicato + Taller Bugambilias + Taller de Tierra
Memoria oficial: Brisas de Suchitlán es un barrio ubicado en las afueras del pueblo de Suchitoto, hogar de la comunidad Schafik Handal, quienes fueron desplazados en 2018 y reubicados en la periferia del pueblo. En este nuevo asentamiento, la comunidad ha construido una casa comunal compuesta por una estructura de madera aserrada y láminas galvanizadas que cubren el techo y las fachadas.
Como Taller Chiltota, nos fue asignada la casa comunal como área de intervención. En primer lugar, nos reunimos con la comunidad, los delegados y los talleristas del TSL para identificar las principales problemáticas del espacio. Luego, en colaboración con los estudiantes, analizamos estas problemáticas y priorizamos las necesidades. Debido a la materialidad de la casa, el espacio presenta una alta inercia térmica, lo que dificulta permanecer en él. Además, al estar ubicada en una ladera, sufre problemas de inundaciones durante la época de lluvias.
Con el objetivo de abordar estas problemáticas, establecimos tres líneas de acción:
- Solución a los problemas de inundación: Construcción de un drenaje perimetral que redirige el agua de lluvia hacia una zona que no afecte la infraestructura.
- Reducción de la temperatura del espacio: Teniendo en cuenta la orientación de la casa comunal, proponemos reemplazar las láminas metálicas de las fachadas este y oeste, que están más expuestas al sol, por módulos de bahareque. Estos módulos tienen una mayor masa térmica y permiten que se transmita menos calor del exterior al interior. En las fachadas norte y sur, se sustituyen las láminas que cubren las ventanas por un tejido de bambú, lo que permite una ventilación constante.
- Desarrollo de mobiliario para espacios de permanencia: Construcción de módulos de tapia pisada, utilizando tierra húmeda compactada en un encofrado en capas de aproximadamente 10 cm. Estos módulos proporcionarán espacios de permanencia dentro de la casa comunal.
La primera actividad realizada para abordar estas necesidades fue la construcción de la zanja, ya que la tierra extraída en la excavación se utilizaría más tarde en los módulos de bahareque y en la fabricación del mobiliario dentro de la casa comunal. La zanja, con una profundidad de 60 cm, se llenó con piedras para filtrar el agua recogida.
Posteriormente, se inició el trabajo de la tierra, que se pisó con agua y fibras naturales, dejándola fermentar durante una noche. Utilizando la estructura existente, se moldearon paneles de aproximadamente 60 x 60 cm y se creó el tejido de bambú, que posteriormente se rellenó con la mezcla. Para el mobiliario, se utilizó la misma tierra en un estado húmedo, se compactaron dos módulos de 50x50x60 cm y se conectaron posteriormente mediante una madera que se convirtió en el asiento.
Finalmente, elaboramos un documento que entregamos a la comunidad, explicando paso a paso cómo construir tapia, bahareque y pintura natural utilizando los materiales de la región. Esto permite que ellos mismos continúen mejorando el espacio y reconsideren el uso de los materiales en la construcción.
Taller Guacalchia / Colectivo Hormiga + ACCIÓN
Memoria oficial: reunidos en un círculo, talleristas, delegados y comunidad se abrió el diálogo a la historia de la comunidad, principalmente de la casa comunal en la que estábamos reunidos y que sería en los próximos días transformada en un centro comunitario. Tal cual lo expresaron los miembros de la comunidad Haciendita 1 al describir sus necesidades y problemáticas. Las principales ideas que surgieron fue crear espacios de esparcimiento y espacios comunitarios como un huerto y un mercadito.
Siguiendo las ideas que surgieron junto con la comunidad se organizaron diferentes grupos de trabajo con tareas específicas, pero con una meta en común, identificar oportunidades de creación y diseño con los materiales y elementos naturales que se pudieron conseguir en el terreno de la casa comunal y alrededor de la comunidad. Los materiales con los que contaba el terreno fueron piedras y troncos.
Estos grupos de trabajo se organizaron con base a una zonificación colectiva, siendo el primer grupo encargado de “vestíbulo comunal” donde se construyó un huerto y una estación de bicicletas, el grupo 2 creo los senderos desde la parte frontal hasta la parte trasera donde también se plantaron algunos árboles frutales y maderables donadas por la comunidad. El grupo 3 se encargó del mobiliario urbano. Bancas, mesas, columpios, circuito de juegos y 2 sube y baja con troncos y varillas de acero. Para su acabado final se utilizó una mezcla de Diesel y “comejenol” químico local anti-plagas.
El grupo 4 se encargó de diversas tareas en el interior y exterior de la casa comunal limpiar las paredes y pisos, pintar las paredes interiores y exteriores, esta última con un mural colectivo representando el nombre de la comunidad, las banderas de los países participantes del TSL. En el baño existente, se realizó una reparación de las tuberías del inodoro y de la ducha, este no tenía ventilación, ni iluminación por lo que se procedió a levantar la cubierta con una estructura metálica, creando una franja de 10 cm de altura para permitir la entrada de luz y la ventilación.
En la entrada de la casa comunal se creó una pérgola que genera sombra. Todo el proyecto se desarrollo alrededor de un espacio circular donde el sentido de comunidad puede tomar forma y fuerza para seguir transformando la casa comunal.
Taller Ninfa / Laborateca + Sen Sos Hábitat
Memoria oficial: en Brisas de Suchitlán, la comunidad expresaba la necesidad de contar con áreas de juego y zonas para compartir. Problemas como el deterioro del terreno de la cancha existente, la escarpada ladera donde escalaban y la falta de vegetación condicionaban el juego, aumentando los riesgos y limitando los horarios y tipos de actividades para los niños y niñas.
Contar con una presencia activa y cercana de la comunidad fue fundamental para sumar realidades, conocimientos y empoderamiento comunitario en el proyecto. Desde el primer día, nuestra intención fue generar confianza y empatía entre personas desconocidas que compartían una causa común. Estrategias sencillas pero vitales, como el juego y las conversaciones espontáneas, nos permitieron conectar con la comunidad y despertar su interés y colaboración durante todo el proceso.
Los niños y niñas de la comunidad se convirtieron en líderes de la transformación de sus propios espacios de juego. Fomentamos su participación desde el diseño y la construcción conjunta de los espacios, así como apoyamos la creación autoorganizada de juegos planteados y construidos por ellos mismos en el terreno original, como la "guarida comunitaria".
El corazón del taller Ninfa nació del reconocimiento de todos los participantes y la intención constante y consciente de formar una comunidad que respaldara el trabajo comunitario. Entre locales, delegados y talleristas, creamos una red de trabajo que partió del reconocimiento mutuo, considerando los intereses y capacidades de cada individuo. Esto permitió que se sintieran apreciados, cuidados y valorados, creando una sinergia comunitaria que consolidó la ejecución del proyecto.
Las intervenciones realizadas permitieron consolidar dos zonas de juego: la cancha y la ladera. En la cancha, se trabajó la condición del terreno, se delimitó su área y se instalaron porterías de bambú. Además, se construyó un espacio de sombra .
En el único espacio con sombra y en donde la comunidad ya se reunía y los niños corrían alrededor, un tipo de ladera o talud, se formó un recorrido lúdico con varios elementos de juego: saltarines de llantas, cuerdas y escaleras de bambú en diferentes formatos para escalar, un tobogán de concreto y una banca de piedra para el descanso y el encuentro.
Si bien los infantes estuvieron presentes durante todo el proceso, adoptaron por iniciativa y organización propia un espacio libre de la ladera donde construyeron una "guarida", replicando técnicas constructivas vistas en el proyecto y "rescatando" algunos materiales disponibles.
Taller Veranera / Alejandro Alcázar + Coonvite
Memoria oficial: el silencio y la expectativa definen el primer contacto con algunos de los hombres de Haciendita 1 Fútbol Club. Entre invitaciones a ver el clásico del fútbol español, o a jugar un partido de fútbol contra ellos, se tejió una relación de confianza, que eventualmente permitió identificar problemas, negociar soluciones, construir acuerdos, y gestionar el espacio a trabajar, principalmente desde sus bordes.
Autenticidad al expresarnos, escucharnos y relacionarnos; esta fue la cualidad que representó a cada integrante del taller. En busca de imaginar, diseñar y construir otras arquitecturas distintas a las que se enseñan en la academia, fue una experiencia situada que marcó a cada una de las personas involucradas.
Mejorar un espacio de la comunidad donde se practican diversas actividades recreativas, haciendo uso de los recursos del lugar y lo que se tuvo a la mano, se convirtió en el mayor reto, para el cual se pudo aprovechar la recursividad y el trabajo en equipo para la eficacia de las soluciones.
Veranera no solo fue un taller de trabajo, sino que además fue una nueva relación de experiencias que se construyeron junto a las personas de Haciendita 1: al llegar, la potencial banca era apenas un trozo de árbol de conacaste caído en el que se podían sentar. Junto a este, piedras que estaban ahí “por naturaleza”. Personas del lugar apilaban cosas en sus espacios: tejas, piedras para limitar la carretera, ladrillos para muros, troncos para leña. El reconocimiento de ese paisaje estableció la relación creativa y constructiva entre la materia y el hábito de apilar.
Se cortó en 6 trozos el tronco: dos cortes transversales que entregaron tres secciones que revelaron la textura y edad del árbol, y tres cortes longitudinales a cada sección. Apilar significó seleccionar piedra por piedra para la base; pesar, medir y entender las potencialidades que ahí existían.
Por otra parte, como respuesta a la necesidad de cubrirse, se decidió trabajar con el referente local: la champa. Una tipología de construcción regional, así como una expresión arquitectónica popular y autogestionada, definida como una cubierta sostenida por unos cuantos apoyos de materiales locales.
Construida con madera aserrada y piedras de la zona, la champa propuesta se compone de una retícula que funciona como banca, y una estructura que sostiene una cubierta que está simplemente apoyada sobre unos cimientos ciclópeos.
En el proceso se implementaron técnicas de ensamble para la unión de las piezas de madera, así como el acoplamiento del material con la materia encontrada (troncos y piedras), resultando un espacio para la contemplación del espectáculo del fútbol.
Ficha técnica
Taller Chiltota
Talleristas: Xavier Duque, Karen Santana, Adrián León
Tallerista junior: María Camila Estrada
Comité organizador: Samara Cantarero, Ratchelle Escamilla, Julián Vides, Nataly Yessenia Luna Solórzano
Delegados: Gabriela Isabel Yañez iñiguez, Claudia Alejandra Guachizaca Peralta, Eduardo Raúl Sorto Cruz, Jeovany Enrique Mejía Elvir, Meylin Yaneth Núñez Mejía, Jafet Abimael Zavala Muñoz, Keyla Paola Fuentes Ramos, Luz de Luna Munguía Guido, Joan Miguel Cabrera Montilla, Rendy de la Cruz del Rosario, Ian Alexis Tapia, David Eduardo Morán Campos, Roberto Alvarado Verdi, Adrián Meza Galindo, Andrés Esteban Valverde Jiménez
Taller Guacalchia
Talleristas: Josué Caal Suc, Rafael Centeno, Gerardo Represa
Tallerista junior: Juliana Burgos
Comité Organizador: Fernando Balette, Lisbeth Recinos, Briseyda Zelaya
Delegados: Diana Lisbeth Solís Cobos, Telma Iris Flores Macias, Kevin Javier Almendares Sánchez, Valerya Lissbeth Meléndezz Solórzano, María Fernanda Lanza Reyes, Jeimy Josselin Trochez Euceda, Jacqueline Alejandra García Pérez, Rossy Dannellys Castro Luisa, José Ricardo Espinoza Barragán, Abril Aguilar Figueroa, Katherine Gabriela Gómez Portillo, Alfredo Yael Sánchez Leyva, Francisco Javier García Espino, Carlos Plasencia Baeza
Taller Ninfa
Laborateca: Judith Sanabria, Fabián Camilio Nivia
Sen Sos Hábitat: Michelle Carrasco Ortiz, Paulina Ramírez Jímenez y Ana Teresa Vera Rojas
Equipo de diseño y construcción: Kevin Joya, Josselyn Velasquez, Adriana Nicole de la Cruz Osegueda, Adriana Lissette Guardado Benavides, Derek De Los Santos Ramírez, Audri Sánchez Medina, Carmen Lucia Molina Orozco, Gisselle Alessandra Martínez Aguilar, Andrea Michelle Lupi Chirinos, Jeancarlo Isaac Lemus Mercado, Stephanie Michelle Perdomo Echeverría, Gabriel Gómez Archaga, Karen Belen Moncayo Padilla, Fabian Miguel Benitez Crespo, Ivette Estévez.
Taller Veranera
Talleristas: Alejandro Alcázar Fallas, Juan Miguel Durán, Maryelín Botero Ocampo, Sara Londoño Palacio
Delegados: Adan Vindell, Adiel Arrue, Alejandra Izazaga, Armando Toledo, Carmen Pujols, Coraima Choque, David Granda, Elizabeth Palacios, Fabiola Gamez, Irene Agüero, Jaqueline Dubon, Luis Muñoz, Merín Villalvir, Paola Dilbert, Sandy Marquez, Stefani Rodríguez, Thania Callejas, Vanessa Villao
Miembro de Haciendita 1FC y personas de Haciendita 1: Chungo, Danilo Pérez, Daysi Países, Francisco Lara, Guadalupe Pérez, Jeovany Acosta, José Alas, José Chinchilla, Joshua Mejia, Julio Melgar, Patricia Pineda, Paula Nicole, Salvador